COPA AMÉRICA
No cambian de parecer: los capitanes se solidarizaron con Brasil y la Copa América peligra
Las autoridades quieren jugar la copa.La última semana fue muy agitada para los directivos de Conmebol y presidentes de las distintas federaciones del fútbol a nivel continental luego de que se confirmara que la Copa América no se jugaría en Argentina. La aparición de Brasil como anfitrión parecía solucionar todo, pero los jugadores no están de acuerdo con que la competencia se juegue y su desarrollo vuelve a peligrar.
Las noticias sobre el reclamo de los jugadores de Brasil conmocionó a todo el mundo. Es que, antes de que se jugara el partido entre la Verdeamarela y Ecuador, con Casemiro a la cabeza, los futbolistas informaron que no querían participar del torneo por cansancio. Ante esto, la posibilidad de que se juegue el torneo volvía a peligrar, por lo que se intentó que Jair Bolsonaro mediara entre la organización continental y los jugadores.
Aunque los capitanes y presidentes de las distintas federaciones debían reunirse con el presidente de Brasil, los deportistas decidieron ausentarse y, de cierta manera, dejaron claro su apoyo al plantel brasilero. Según contó Marca, dicha reunión se llevó a cabo entre el presidente de Brasil y los directivos y Bolsonaro no cambió de parecer: quiere que la Copa América se juegue.
Pese a que el mandatario confirmó sus ganas de que se realice el torneo, todo el peso caerá sobre los futbolistas, que son quiénes tienen que participar. Por el momento, no parece haber una certeza de que eso ocurra, pero tampoco hubo un comunicado oficial que demuestre el respaldo de los otros seleccionados, aunque si hubieron varios deportistas que expresaron su preocupación por la situación epidemiológica en el país.
En base a lo que publicó el periódico español, este domingo habría una nueva reunión entre directivos de Conmebol, en la que se terminaría de definir lo que podría ocurrir respecto a la competencia continental.
Si todo sale bien, la Copa América se celebrará en Brasil y comenzará exactamente en una semana con el partido que jugarán Brasil y Venezuela en el Estadio Nacional de Brasilia. Si eso no ocurre, lo más probable es que el torneo se suspenda por primera vez en cuarenta años.