"Nunca serás nada": Lewis Hamilton vivió un verdadero infierno antes de ser campeón en la F1

Durante su trayectoria en la Fórmula 1, Lewis Hamilton logró convertirse en uno de los mejores pilotos de toda la historia de la categoría. Con 37 años acumuló siete títulos mundiales, más de 100 victorias y casi 200 podios, y aún escribe sus logros. Sin embargo, en una entrevista exclusiva para Vanity Fair, el corredor británico se sinceró y dio detalles escalofriantes de su vida antes de llegar al Gran Circo. En la misma línea, intentó dar un mensaje esperanzador a todos sus seguidores.

Lewis Hamilton es una de las celebridades que más alza la voz por los derechos de los afrodescendientes, para visibilizar la lucha de la cultura negra. En ese sentido, el corredor británico explicó con lujo de detalles una situación que le tocó pasar en su infancia. En una entrevista para Vanity Fair, el piloto de 37 años reveló el infierno que vivió en la escuela primaria. 

“Cuando estaba en la escuela, era disléxico y luchaba como el infierno. Uno de los pocos niños negros en mi escuela, estaba en las clases más bajas y nunca me dieron la oportunidad de progresar o incluso ayuda. Los maestros me decían: 'Nunca serás nada'. Recuerdo estar detrás del cobertizo, llorando, como, 'No voy a ser nada'. Y creyéndolo por una fracción de segundo”, recordó Lewis Hamilton. 

Más que palabras

Lamentablemente, el siete veces campeón del mundo sufrió abusos racistas en sus primeros pasos en el automovilismo y no solo fueron insultos, sino que llegaron a agredirlo físicamente cuando tenía alrededor de 11 años. El piloto de Mercedes fue golpeado por un padre e hijo a plena luz del día en Newcastle. Los agresores le gritaron que regrese a su país mientras lo pateaban en el piso. Hasta el día de hoy, el automovilista de Reino Unido recuerda la horrible situación.

“Recuerdo lo aterrador que fue. Realmente, no podía entenderlo. Era como, '¿Me están hablando a mí? Soy de aquí. ¿Qué quieren decir?' Nunca pude entenderlo. Cuando te atacan, existe este miedo, hay miedo y también hay ira porque quieres recompensarte por el dolor que te están causando. No le hablé de eso a mi mamá, no pensé que ella lo entendería. Y a mi papá, probablemente estaba demasiado asustado para decirle a mi papá, porque no quería que pensara que era un cobarde. Sabes, no quería que pensara que no podía defenderme. Solo recuerdo muchas veces estando solo, solo llorando en mi habitación”, finalizó Hamilton.